Alergia Alimentaria: Mecanismo de producción, Síntomas, Diagnóstico, Tratamiento

 


La alergia alimentaria es una reacción del sistema inmunológico que se origina posterior al consumo de un determinado alimento. Se considera que hasta una pequeña porción de alimento puede provocar signos y síntomas de alergia, como trastornos digestivos, urticaria o inflamación de las vías respiratorias.

En ciertas personas, una alergia alimentaria puede ocasionar síntomas de mucha gravedad, produciendo una reacción denominada anafilaxia, que puede poner en peligro la vida de la persona afectada. 

Mecanismo de producción de una alergia alimentaria

Las sustancias que producen las alergias no son los alimentos en si, más bien son algunos de los componentes proteicos (proteínas) que forma parte de su composición que se denominan alérgenos. Debido al trastorno del sistema inmunológico, se forman anticuerpos como la inmunoglobulina E (IgE) ante la presencia del alimento.

Una vez que el individuo ingiere de nuevo el alimento, el alérgeno se une a la IgE, desencadenando la producción de sustancias químicas, como la histamina, y otras sustancias inflamatorias a nivel de la piel, las mucosas y la sangre, que son las responsables de las molestias, como la picazón, la tos, la secreción nasal y los trastornos respiratorios. 

Epidemiología

Se estima que la alergia a los alimentos afecta al 1-3% de la población mundial, y que es más frecuente en niños menores de 3 años, en los que puede llegar hasta el 8%, en tanto que puede llegar hasta el 3% en la población adulta. A pesar de no haber un tratamiento específico, algunos niños superan su alergia alimentaria cuando crecen. 

Diferencia entre alergia e intolerancia alimentaria

La alergia alimentaria se puede confundir con una reacción mucho más frecuente denominada intolerancia alimentaria. Aunque puede provocar inconvenientes, la intolerancia alimentaria es un trastorno de menor gravedad que no involucra al sistema inmunológico, ya que generalmente ocurre por el déficit de alguna sustancia como por ejemplo, la lactasa, en las personas con intolerancia a la leche . 

Factores de Riesgo

Algunos de los factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo de una alergia alimentaria incluyen: 

  • Antecedentes familiares. Existe un mayor riesgo de alergia alimentaria si algún familiar directo presenta condiciones médicas como asma, eccema, urticaria o alergias como la rinitis alérgica (fiebre del heno).
  • Otras alergias. Si una persona ya tiene alergia a algún alimento, puede tener un riesgo incrementado de contraer alergia a otro alimento. Igualmente, si una persona tiene otros tipos de reacción alérgica como rinitis alérgica o eccema, su riesgo de padecer alergias alimentarias es mayor.
  • Edad. Las alergias alimentarias son más frecuentes en niños y niñas, particularmente en los bebés. A medida que el niño crece, el tubo digestivo se desarrolla y hay menor probabilidad que el organismo absorba alimentos o ingredientes que desencadenen algún proceso alérgico.
  • Asma. De manera general, las alergias alimentarias y el asma se manifiestan juntas. En estas circunstancias, es posible que los signos y síntomas de alergias a los alimentos y del asma sean graves.

Principales alimentos alérgenos

Ocho de los principales grupos de alimentos que provocan con más frecuencia alergias incluyen: 

  • Leche. La leche de vaca (puede tener reactividad cruzada con la leche de cabra y oveja). Entre los derivados lácteos se encuentran: helados, batidos, flanes, pastelería y bollería, pan de molde, caramelos, chocolate, turrones, sopas, salsas, croquetas, embutidos.
  • Huevo. Huevo de gallina (puede tener reactividad cruzada con el huevo de codorniz y pato). Forman parte de los alimentos de pastelería, bollería, patés, embutidos, caramelos, helados, flanes, quesos, gelatinas, mayonesa, sopas, salsas, cereales de desayuno, croquetas, empanadillas.
  • Pescado. Pescado blanco, bacalao, pescadilla, gallo. Pueden encontrarse en sopas, pizzas, paella, gelatinas, productos enriquecidos con omega 3 o grasa de pescado.
  • Mariscos. Mayormente los crustáceos (camarones, langostino, cangrejo, langostas, cigalas), y en menor medida, moluscos (ostra, mejillón, calamar). Pueden formar parte de sopas, pizzas, paella, ensaladas, gelatinas. Los mariscos pueden desencadenar varias reacciones alérgicas debido a que sus alérgenos se disuelven en el agua de la cocción, por lo que al aspirar los vapores, se puede originar una reacción alérgica.
  • Frutos de cáscara. Nuez, almendra, avellana, maní. Se los puede encontrar en turrones, mazapanes, pastas, pastelería y bollería, salsas, helados, pan de hamburguesa, snacks, productos enriquecidos con Omega 6.
  • Legumbres. Lenteja, garbanzo, guisante, soja. Se las puede encontrar en la lecitina de soja.
  • Cereales. Trigo, centeno, cebada, avena, arroz. Pueden formar parte de la bollería, pastas, masas, bechamel (salsa blanca espesa), caldos, pan rallado, embutidos. Las harinas de cereales y las legumbres pueden producir alergias no solo por la ingestión de las mismas, sino también por inhalación o por contacto con la piel.
  • Frutas. Durazno, albaricoque, melón, nectarina, sandía, plátano, kiwi, fresa. Forman parte de aromas (medicinas, chucherías, pasta de dientes, etc.), yogures y otros postres lácteos, zumos, potitos, ensaladas, cereales, chocolates, tartas, pan, helados, gelatinas. 
 

Grupos de población vulnerables

A pesar de que la alergia alimentaria en los niños es baja, en la mayor parte de los casos, suele ser una condición temporal. Por ejemplo, a los cinco años, casi el 80% de los niños con alergia a la leche y más del 50% de los que tienen alergia al huevo han superado su proceso alérgico.

Cabe indicar que un 20-30% de las alergias continúan durante la adolescencia, lo que representa un gran riesgo, ya que a esta edad los chicos son más independientes de los padres, por lo que es más fácil que se origine un cuadro alérgico por descuido o falta de conocimiento de lo que se come, o por lo poco que tomen en importancia los adolescentes a su problema alérgico. 

Síntomas

Las reacciones adversas frente a una alergia por alimentos se manifiestan de forma inmediata. Suelen aparecer dos horas después de la ingestión de un alimento alérgeno, o de uno de sus componentes.

La severidad de los signos y síntomas, va a depender de la cantidad del alérgeno consumido, de la sensibilidad de la persona con alergia y de la reacción del sistema orgánico afectado.

Ciertos factores pueden agravar las reacciones adversas a los alimentos como por ejemplo, las infecciones respiratorias, el ejercicio físico, el alcohol, el asma o ciertos medicamentos analgésicos (AINES, como el ibuprofeno).

Ventajosamente, muchas de las reacciones alérgicas alimentarias suelen ser leves. Algunos de los signos y síntomas adversos a los alimentos incluyen: 

  • A nivel de piel: Picazón, urticaria, piel enrojecida, inflamación (dermatitis), inflamación de los labios, de la boca, lengua, cara; la inflamación de la garganta con edema de la glotis, conocida como angioedema, puede ser una reacción grave, que requerirá atención médica urgente.
  • Tubo digestivo: Se pueden presentar náuseas, vómitos, cólicos, diarrea, picazón en boca y garganta, hinchazón y dolor abdominal.
  • Aparato Respiratorio: Pueden haber síntomas de rinitis como congestión nasal, estornudos; síntomas de asma (dificultad para respirar), tos y sibilancias respiratorias.

En ciertas personas, una alergia alimentaria puede provocar una reacción grave como la anafilaxia. Esto puede provocar signos y síntomas que pueden poner en riesgo la vida de un individuo; entre otros, pueden incluir:
 
  • Opresión y estrechamiento de las vías respiratorias.
  • Angioedema.
  • Caída brusca y severa de la presión arterial (shock anafiláctico).
  • Taquicardia.
  • Mareos, sensación de aturdimiento, que puede llevar a la pérdida del conocimiento.

Diagnóstico

En algunos casos se pueden utilizar pruebas en la piel o exámenes de sangre (determinación de los niveles de inmunoglobulina IgE) para determinar la presencia de una alergia. El especialista (alergólogo) practicará un adecuado interrogatorio y la exploración física correspondiente, junto a los estudios complementarios para realizar el diagnóstico de la reacción alérgica. 

Tratamiento

La mejor manera de evitar la aparición de una alergia alimentaria, es no ingerir los alimentos que pueden provocar los síntomas de una reacción alérgica. No obstante, en ocasiones puede ser inevitable el contacto con un alimento alérgeno. En las reacciones alérgicas leves, medicamentos como los antihistamínicos (por vía oral) pueden contribuir para disminuir los síntomas.

Estos fármacos deben ingerirse inmediatamente después de exponerse a un alimento que provoque alergia, para ayudar a disminuir las molestias como la picazón o la urticaria.

En las reacciones alérgicas graves, el paciente debe ser llevado al departamento de emergencias de un hospital, ya que puede necesitar la aplicación de algún medicamento (adrenalina, por ejemplo), por vía parenteral (intravenosa o intramuscular) para controlar la reacción alérgica, que en estos casos puede ser grave y poner en riesgo la vida del paciente.

Medidas de Prevención

Las personas con alergia alimentaria deben tener en cuenta algunas recomendaciones y medidas generales para evitar la aparición de algún tipo de reacción alérgica.

Se debe tener presente que algunos alimentos pueden estar ocultos cuando se los utiliza como ingredientes en ciertas comidas, particularmente en restaurantes y otros entornos sociales. Si una persona sabe que tiene una alergia alimentaria, debe tomar algunas de las siguientes medidas:
 
  • Estar consciente de lo que consume y bebe. Es importante revisar las etiquetas de los alimentos para ver su composición.
  • Si ya ha tenido una reacción grave, es recomendable el uso de un brazalete de alerta médica, para que los demás sepan que el paciente padece de alergia alimentaria, y puedan ayudarlo.
  • El médico tratante debe indicar al paciente el tipo de tratamiento que debe recibir en el caso de presentar alguna reacción alérgica grave, como por ejemplo la utilización de adrenalina, que el mismo paciente puede aprender a inyectarse.
  • Es muy importante tener precaución cuando una persona con alergia alimentaria va a comer a un restaurante. Se debe poner en conocimiento del personal que atiende en este tipo de locales, que bajo ninguna circunstancia se puede ingerir un alimento que provoca alergia y deben asegurarse que la comida que va a ingerir la persona no contenga ese alimento. Incluso deben asegurarse de que la comida no se prepare en utensilios o superficies que hayan estado en contacto con el alimento al que la persona es alérgica.
  • Se debe tener cuidado con los alimentos elaborados como masas, caldos para sopas, ensaladas ya que pueden contener una gran variedad de alimentos que pueden desencadenar alergias o intolerancias (leche, huevos, pescados, cereales).
  • No reutilizar el aceite que se ha empleado para freír otros alimentos que puedan contener el alimento o algún ingrediente al que una persona es alérgica o intolerante.
 














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