Apnea del Sueño y sus consecuencias en la salud del corazón y el cerebro

 


Conceptos generales

La apnea del sueño es un trastorno que se caracteriza porque la persona, mientras duerme, se queda sin respiración. La falta de aire hace que se presenten breves accesos de ahogos que se manifiestan como pequeños despertares, que en muchas ocasiones no son percibidos por el paciente.

La apnea del sueño puede llegar a ser un trastorno muy grave debido a las repercusiones que desencadena en el sistema nervioso, en el apartado cardiovascular y en la función respiratoria. 


Epidemiología

La apnea del sueño afecta aproximadamente a un 25% de la población entre los 60-80 años. Aunque es más común en el sexo masculino, en las mujeres después de la menopausia puede presentarse con casi la misma frecuencia que en los hombres.

A pesar de que es menos prevalente, puede afectar hasta un 3% de la población pediátrica (niños). En estos casos puede estar relacionado con el aumento de tamaño de las amígdalas. 


Trastornos relacionados con alteraciones del sueño

Algunos de los trastornos relacionados con la falta de sueño incluyen: 


  • Disminución de la libido.
  • Incremento de 3,5 – 4.5% más riesgo de sufrir accidentes.
  • Pérdida de la productividad laboral.
  • La falta de sueño lleva a la incapacidad para concentrarse y trastornos de la memoria.
  • Deterioro de la calidad de vida.


Tiempos adecuados de sueño

Los tiempos normales o promedios de sueño de acuerdo a la edad comprenden: 


  • Recién nacido: 16 – 17 horas.
  • Al final del primer año de vida: 13 horas.
  • Niños hasta los 10 años: 10 horas.
  • Adolescentes y adultos: 6 – 8 horas.


Tipos de apnea del sueño

Los tipos de apnea del sueño más importantes son: 


  • Apnea obstructiva del sueño (AOS), es la forma de presentación más común.
  • Apnea central del sueño. 
 

Causas

En el caso de la apnea obstructiva del sueño (AOS), ésta se origina por una obstrucción de las vías respiratorias, generalmente cuando el tejido blando en la parte posterior de la garganta se relaja durante el sueño. A diferencia de la AOS, en la apnea central del sueño, las vías respiratorias no están bloqueadas, pero el cerebro no envía señales a los músculos para que se contraigan debido a una alteración del centro respiratorio. 


Factores de Riesgo

Entre los más significativos están: 


  • Sobrepeso y obesidad.
  • Maxilar inferior pequeño
  • Tabique nasal desviado.
  • Amígdalas y adenoides grandes.
  • Cuello grueso que incremente su circunferencia.
  • Vías respiratorias estrechas.
  • Sexo masculino.
  • Consumo de tabaco.
  • Enfermedades como hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, diabetes mellitus, enfermedad de Parkinson
  • Congestión nasal crónica.
  • Accidente cerebro vascular.
  • Utilización de fármacos narcóticos. 
 

Consecuencias del apnea del sueño

Si este padecimiento no es tratado, puede incrementarse el riesgo de que aparezcan algunos problemas de salud, los cuales pueden incluir: 


  • Incremento en la viscosidad de la sangre (por aumento del número de glóbulos rojos).
  • Síndrome metabólico.
  • Hipertensión arterial.
  • Dolores de cabeza.
  • Cardiopatía isquémica
  • Insuficiencia cardíaca.
  • Accidente cerebro vascular.
  • Empeoramiento del Trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). 
 

Síntomas

La apnea del sueño provoca alteraciones de la respiración mientras se duerme. La respiración puede detenerse de vez en cuando, o volverse muy superficial, u ocurrir ambos trastornos a la vez. Es muy probable que la persona que padezca apnea del sueño o su pareja no sean conscientes de esta condición médica. Para muchos pacientes, el único síntoma evidente es la fatiga o la somnolencia durante el día.

Los signos y síntomas de apnea del sueño varían de una persona a otra. Entre los más frecuentes están: 


  • Ronquidos fuertes
  • Despertarse con la garganta muy irritada o seca.
  • Accesos de jadeos o ahogos.
  • Sueño intranquilo o irregular.
  • Somnolencia o falta de energía durante el día.
  • Dolores de cabeza durante las mañanas.
  • Falta de memoria.
  • Cambios de humor.
  • Aumento de la frecuencia urinaria
  • Disminución del deseo sexual.
  • Mareos al despertarse.
  • Tener pesadillas.

 

Diagnóstico

Una de las principales pruebas que se utilizan para el diagnóstico de este padecimiento es la polisomnografía, la cual puede realizarse en un centro especializado del sueño, o incluso en el domicilio del paciente.

Si este examen demuestra que un individuo tiene apnea del sueño, es posible que requiera pruebas adicionales. Otros estudios utilizados como ayuda diagnóstica comprenden: 


  • EEG (electroencefalograma), que estudia la actividad eléctrica del cerebro.
  • EMG (electromiografía), que registra la actividad muscular como las contracciones de la cara, el rechinar de los dientes, y los movimientos de las piernas, y para localizar la fase REM (movimientos oculares rápidos) del sueño. Durante la fase REM suelen producirse sueños intensos, ya que el cerebro tiene mayor actividad.
  • EOG (electrooculograma), que graba el movimiento de los ojos. Estos movimientos son importantes puesto que permiten medir las fases del sueño, particularmente, la fase REM.
  • ECG (electrocardiograma), que mide la actividad eléctrica del corazón.
  • Sensor de flujo nasal, para medir el flujo de aire nasal.
  • Micrófono, para registrar la actividad de los ronquidos.

 

Revisión de los resultados obtenidos

Todos los datos recabados incluirán información sobre el sueño: 


  • Cuánto tiempo transcurre en cada fase del sueño.
  • Con que frecuencia se despierta el paciente.
  • Si se presentan periodos en que el paciente deja de respirar (apnea).
  • Si hay ronquidos.
  • La posición que adopta el cuerpo mientras se duerme.
  • Los movimientos de las piernas durante el sueño.
  • Registro de algún patrón anormal de la actividad cerebral.

 

Tratamiento

En casos leves el médico tratante (neurólogo u otorrinolaringólogo) podría incluir algunas recomendaciones para ayudar a mantener las vías respiratorias abiertas durante el sueño. Estas recomendaciones pueden comprender cambios en el estilo de vida como dejar de fumar, una adecuada higiene del sueño (dormir bien), o fomentar la reducción de peso en personas con sobrepeso u obesidad.

Cuando estas medidas no sean suficientes se pueden utilizar algunos dispositivos para mejorar la calidad del sueño como el CPAP (dispositivo de presión positiva en las vías respiratorias), que emite aire con una presión determinada, cuyo objetivo principal es evitar la relajación de las vías respiratorias, lo que logra disminuir las apneas, los ronquidos y los continuos despertares que sufren las personas afectadas.

Las boquillas, que funcionan de manera diferente para abrir las vías respiratorias y que son de dos tipos: las boquillas de reposicionamiento mandibular, que son dispositivos que cubren los dientes superiores e inferiores y mantienen la mandíbula en una posición que evita la obstrucción de la vía aérea superior, y la boquilla de retención de lengua, que mantienen la lengua en una posición hacia adelante, para evitar que se bloquee la vía área superior.

Los implantes son dispositivos que tratan tanto la apnea obstructiva del sueño como la apnea central del sueño. Para ser colocados, los pacientes deben someterse a un procedimiento quirúrgico. Este dispositivo detecta patrones de respiración y brinda una suave estimulación a determinados músculos que abren las vías respiratorias durante el sueño. 


Cirugía

Si los tratamientos convencionales mencionados anteriormente, no mejoran el problema del apnea del sueño en un periodo mínimo de 3 meses, la cirugía puede ser la última opción para corregir los trastornos que acarrea este trastorno. Algunos de los eventuales procedimientos quirúrgicos comprenden: 


  • Amigdalectomía. Es la extirpación quirúrgica de las amígdalas (también suelen incluirse las adenoides), si es esta una de las causas que provoque la apnea del sueño, sobre todo cuando estas estructuras anatómicas están aumentadas de tamaño.
  • Avance maxilar o mandibular. Es un procedimiento quirúrgico para mover hacia adelante tanto el maxilar superior como el inferior para agrandar el espacio en las vías respiratorias.
  • Traqueostomía. Es una cirugía que permite hacer un orificio en la parte frontal del cuello hacia la tráquea. Se coloca un tubo de traqueostomía, a través del orificio practicado y dirigido hacia la tráquea para que el paciente pueda respirar mejor.
  • Estimulación nerviosa. Aunque todavía es un tratamiento experimental, se coloca un dispositivo en el nervio hipogloso, el cual controla los movimientos de la lengua. Esta estimulación contribuye a mantener la lengua en una posición que ayuda a que las vías respiratorias estén abiertas para que el paciente pueda respirar mejor.


Medidas de Prevención

Entre las medidas de prevención más importantes tenemos: 


  • Reducción del peso corporal (en casos de obesidad o sobrepeso).
  • Practicar algún tipo de actividad física.
  • Abandonar el tabaco.
  • No consumir alcohol o medicamentos como tranquilizantes o pastillas para dormir.
  • Dormir de lado o boca abajo para poder respirar de mejor manera y evitar los ronquidos.
  • Dentro de lo posible dormir mínimo 8 horas diarias.
  • Si una persona pasa con mucho sueño o cansancio durante el día, es importante una valoración médica para descartar la presencia de la apnea del sueño.
  • Tratamiento y control adecuado del reflujo gastroesofágico.

 

Dr. William Bonifaz B.
Doctor en Medicina y Cirugía
Reg. Prof. 9871

 

 Referencias


















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