Enfermedad de Alzheimer: La causa más frecuente de Demencia

 


Descripción general

La enfermedad de Alzheimer es el trastorno degenerativo cerebral más frecuente, por lo cual representa un importante impacto, y es una causa muy común de demencia. Es un trastorno de carácter progresivo que con el paso del tiempo va deteriorando la memoria junto con otras importantes funciones cerebrales.

Como se indicó anteriormente, es una de las causas más comunes de demencia en personas de la tercera edad, que representan un grupo de trastornos cuyo evento final es la pérdida de las habilidades sociales e intelectuales de la persona que la padece.

Las alteraciones estructurales de las funciones cerebrales pueden ser tan severas que terminan interfiriendo en las actividades diarias del individuo. La atrofia cerebral o disminución del volumen del cerebro forma parte del inevitable transcurso de la edad en un ser humano, pero en una persona con enfermedad de Alzheimer estos cambios son mucho más pronunciados y acelerados, incluso pueden manifestarse en una etapa temprana de este trastorno.

Las estructuras cerebrales más afectadas son el hipocampo y las partes mediales de los lóbulos temporales como se demuestran en las imágenes de resonancia magnética practicadas a este tipo de pacientes. 


Herencia y Genética

Aunque la ocurrencia familiar de la enfermedad de Alzheimer representa menos del 1% de todos los casos, se establece que su transmisión es de carácter autosómico dominante, es decir que puede heredarse de padres a hijos. En base a los estudios genéticos, se determina que el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer es más frecuente en el sexo femenino. 


Factores de Riesgo 

Los factores de riesgo pueden incluir: 


  • Herencia familiar.
  • Sexo femenino.
  • Padecer una enfermedad cerebrovascular (ACV).
  • Síntomas de depresión de inicio tardío. 
  • Síndrome de Down.
  • Enfermedad del corazón y del sistema vascular.
  • Poca actividad relacionada con el intelecto.
  • Traumas craneales.
  • Edad avanzada.
  • Abuso de tabaco.
  • Hiperlipidemia (colesterol y triglicéridos altos).
  • Hipertensión arterial, relacionada sobre todo con el ACV como complicación, en pacientes no tratados adecuadamente o con mal control de los niveles de presión arterial.
  • Poca actividad física.
  • Diabetes. 
 

Síntomas

Como señalan las investigaciones, los primeros cambios pueden ser tan poco aparentes que las alteraciones de las funciones mentales pueden pasar desapercibidas para el paciente y su entorno familiar.

Algo que es importante recalcar, es el hecho de que las alteraciones de la esfera cognitiva como el inicio de un estado de confusión son mucho más llamativos e importantes ante la presencia de un estrés (enfermedad febril, operación, un traumatismo craneal leve o por la ingestión de un medicamento).

Muchos pacientes pueden tener mareos, dolores de cabeza frecuentes y otros síntomas manifestados de forma vaga que pueden variar en muchas características.

El síntoma principal es el olvido (mala memoria), como suelen manifestar muchos enfermos, esto respecto a nombres o palabras que se han utilizado poco durante periodos pasados de su vida, y que al individuo ya le resulta difícil recordar. Olvida citas, donde ha dejado ciertos objetos o los coloca en sitios poco habituales o inadecuados (como poner las llaves dentro del micorondas).

Repite preguntas una y otra vez, y por lo general olvida lo que estaba hablando hace un momento. Aunque se pierden los recuerdos recientes y se mantienen los recuerdos muy lejanos, en muchas ocasiones le resulta muy difícil a un paciente rememorar recuerdos antiguos sobre todo de las primeras décadas de vida, aunque pueden ser de la mayoría de las décadas de vida del afectado.

También hay un deterioro en la capacidad para realizar operaciones matemáticas, restricción en la utilización del lenguaje sobre todo por la pérdida de palabras utilizadas durante una conversación.

Se presentan alteraciones en la orientación visoespacial, por ejemplo, el paciente es incapaz de estacionar un vehículo, no puede colocarse la ropa de manera adecuada, o se pierde al olvidar direcciones incluso de su propio domicilio.
 

Algunas alteraciones se resumen a continuación:

 

  • Amnesia. Alteraciones en la memoria de retención.
  • Disnomía (Olvido de palabras).
  • Desorientación visoespacial.
  • Paranoia y otros cambios de personalidad. Lo que se manifiesta como conducta o comportamiento extraño.
  • Cambios en la conducta y la personalidad.
  • Depresión.
  • Ansiedad.
  • Aislamiento Social.
  • Cambios de humor.
  • Desconfianza en los demás.
  • Irritabilidad y agresividad.
  • Cambios en los hábitos del sueño.
  • Pérdida de inhibición.
  • Delirio. 
 

Diagnóstico

El médico debe practicar un examen físico completo incluido el examen neurológico. Se debe conocer el historial médico del paciente y su estado mental. Se puede hacer un diagnóstico de la Enfermedad de Alzheimer cuando ciertos síntomas están presentes, además de descartar otras causas de demencia. 

 

Los exámenes complementarios son importantes para descartar otras posibles causas de demencia entre las cuales tenemos:

-Anemia.

-Intoxicación por medicamentos.

-Estados severos de depresión.

-Enfermedades infecciosas de tipo crónicas.

-Ictus (Accidente cerebrovascular).

-Trastornos de la glándula tiroides.

-Deficiencias vitamínicas.

 

Estudios de Imágenes

Entre los exámenes de imágenes más útiles se encuentran la tomografía computada y la resonancia magnética de cerebro, que además permiten observar otras alteraciones causantes de demencia tales como un tumor cerebral o un accidente cerebrovascular.

En etapas tempranas de la enfermedad las imágenes cerebrales pueden ser normales, mientras que en estados avanzados se puede observar disminución del tamaño del cerebro o de ciertas áreas del mismo. No obstante, la única manera de saber si una persona ha padecido de Enfermedad de Alzheimer es analizando los tejidos cerebrales, lo cual se realiza post-morten.

Las alteraciones estructurales más frecuentes que se encuentran en esta enfermedad son los ovillos neurofibrilares (fragmentos enrollados de proteínas dentro de las células nerviosas que terminan provocando obstrucción de las mismas).

Placas neuríticas (acúmulos anormales de células nerviosas muertas y restos de proteínas). Placas seniles (áreas donde los productos de células muertas están alrededor de las proteínas). 


Tratamiento

La Enfermedad de Alzheimer es un trastorno irreversible y por lo tanto no tiene cura con los conocimientos actuales. El tratamiento y manejo de la enfermedad está enfocado a retrasar la progresión natural de las alteraciones cognitivas del paciente con terapias de soporte y apoyo tanto del personal médico como de la familia, esto aunado al tratamiento farmacológico, lo que ha logrado muy buenos resultados en el manejo de la Enfermedad de Alzheimer.

Como la mayoría de las enfermedades psiquiátricas, este trastorno no reconoce una causa específica que la pueda originar, por lo tanto es imposible prevenir la aparición de este trastorno. Lo importante es lograr que el paciente adquiera una buena calidad de vida que haga más tolerable su padecimiento. 


Medidas de Prevención 

Hasta el momento no hay ninguna forma de prevenir la aparición de esta enfermedad, sin embargo, se puede intervenir en la modificación de algunos de los factores de riesgo que predisponen a la enfermedad de Alzheimer, o para mejorar la calidad de vida del paciente. 


  • Practicar algún tipo de actividad física de manera regular.
  • Llevar una alimentación lo más saludable posible.
  • Tratamiento y control de algunas enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial y la hiperlipidemia.

 

En cuanto al paciente que ya padece la enfermedad: 


  • Mantener un entorno familiar y social favorable.
  • Que el paciente realice por si solo aquellas tareas que aún es capaz de hacer.
  • Proporcionar una dieta adecuada y balanceada.
  • Adaptar de la mejor manera posible el entorno donde se desenvuelva el paciente para que le brinde seguridad, especialmente para prevenir las caídas.
  • Alejar del paciente objetos y productos peligrosos.
  • Evitar ruidos excesivos y molestos que puedan alterar la esfera psíquica del enfermo.
  • Tratar que el paciente se mantenga activo durante el día, para garantizar un sueño reparador.
  • Hacer un horario fijo para las comidas.
  • Conservar los objetos de uso personal del paciente en el mismo lugar para no crear confusión y desconfianza.
  • Muy importante evitar regaños al enfermo por cosas o actitudes equivocadas que realice.
  • Siempre es bueno tener un ambiente con música relajante.
  • Permitir que el enfermo participe en los eventos y charlas familiares.
  • Estimular las funciones cognitivas y la memoria del paciente a través de recordar momentos y anécdotas del pasado.
  • Promover una adecuada actividad física.
  • Incentivar en el paciente la práctica de actividades que permitan entrenar su memoria como, por ejemplo, hacer adivinanzas, completar palabras o frases, distinguir personas o familiares.


Dr. William Bonifaz B.

Referencias
















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