Para 2019, Stanton Glantz, Ph. D., y sus colaboradores descubrieron que "más usuarios de cigarrillos electrónicos consumían su primer producto de tabaco dentro de los 5 minutos posteriores a haberse despertado que los consumidores de cigarrillos y todos los demás productos de tabaco combinados". El uso al despertar es un indicador de adicción.
Ese número cambió drásticamente desde 2014, de 1%, cuando menos de los usuarios de solo cigarrillos electrónicos los usaban a primera hora de la mañana, a 10,3% en 2021. Los números no cambiaron para los que solo fumaban cigarrillos o los usuarios de tabaco sin humo, pero aumentó a la mitad (odds ratio por año: 1,49) para los usuarios de solo cigarros.
Además, entre los adolescentes que actualmente consumen cualquier producto de tabaco, la proporción de quienes su primer producto fueron los cigarrillos electrónicos aumentó de 27,2% en 2014 a 78,3% en 2019 y se mantuvo cerca de 77% en 2021.
Mientras tanto, la cantidad de jóvenes que usan cigarrillos electrónicos alcanzó su punto máximo en 2019 y ha ido disminuyendo.
Para 2019, Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos estimaron que 5,3 millones de estudiantes de secundaria y preparatoria usaban cigarrillos electrónicos. Ese número se redujo a 3,6 millones en 2020 y a 2,1 millones en 2021 durante la pandemia de COVID-19.
Los investigadores sospechan que la nicotina es más adictiva
Esta mayor intensidad de uso puede reflejar la mayor cantidad de nicotina y ser responsable de la adicción que generan los cigarrillos electrónicos modernos que usan nicotina protonada, lo que hace que la nicotina sea más fácil de inhalar que en las versiones anteriores de los cigarrillos electrónicos, que usaban nicotina de base libre, escribieron Glantz y sus colaboradores.El cambio en la nicotina se produjo en 2015 con la introducción de los productos Juul, señalaron, "que agregaron ácido benzoico al e-líquido de nicotina para reducir el nivel de pH y formar nicotina protonada".
Los investigadores aconsejaron: "Los médicos deben preguntar a todos sus pacientes sobre el consumo de nicotina y productos de tabaco, incluidos los cigarrillos electrónicos y otros nuevos productos de nicotina".
El Dr. Raghu Appasani, psiquiatra que se especializa en adicción en población adolescente y fellow clínico de la University of California en San Francisco, Estados Unidos, dijo en una entrevista que los usuarios a menudo malinterpretan los efectos potenciales para la salud de los cigarrillos electrónicos y piensan erróneamente en ellos como una alternativa segura a los cigarrillos convencionales.
Todos los profesionales médicos tienen la responsabilidad de preguntar a los pacientes sobre la nicotina y los productos de tabaco, apuntó el Dr. Appasani.
Sea curioso, no prejuicioso
El Dr. Appasani aconsejó: "Sea curioso con su enfoque. Esto puede revelar que tal vez usan cigarrillos electrónicos para encajar en una escena social o viven factores estresantes en el hogar o la escuela. Lo más probable es que exista un problema subyacente que los ha llevado a su consumo. Tal vez tienen ansiedad o depresión no tratadas. Sea curioso, no prejuicioso".También es importante preguntar sobre los factores sociales y psicológicos que pueden estar contribuyendo al consumo, y ayudar al usuario a pensar cómo el uso está afectando la vida en su hogar, escuela y entornos sociales, agregó el Dr. Appasani.
Expresó que los hallazgos no le sorprendieron, ya que los cigarrillos electrónicos permiten fumar fácilmente y es más fácil ocultar el hábito. El sabor a menudo hace que los menores se enganchen desde el inicio.
Los autores escribieron: "Estos hallazgos sugieren que los médicos deben estar preparados para abordar la adicción de los jóvenes a estos nuevos productos de nicotina altamente adictivos durante muchos encuentros clínicos, y se necesita una regulación más estricta, incluidas prohibiciones integrales sobre la venta de productos de tabaco con sabor".
Un poco más de la mitad de los encuestados (51,1%) eran hombres y la edad promedio era de 14 años. Los investigadores analizaron datos de la National Youth Tobacco Survey, una encuesta representativa a nivel nacional de estudiantes de secundaria y preparatoria.
Utilizaron el sistema Youth Behavioral Risk Factor Surveillance System de 2015 a 2019 como análisis confirmatorio.
Fuente: www.medscape.com
