Qué es la Sífilis y Cómo se transmite

La sífilis es una ETS poco frecuente en la actualidad

Definición

La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) provocada por una bacteria denominada Treponema pallidum. Esta enfermedad puede desencadenar complicaciones durante mucho tiempo si no es tratada de manera adecuada o a tiempo. Se puede presentar en una etapa inicial (sífilis primaria), en una etapa secundaria (sífilis secundaria) y en una etapa final (sífilis terciaria).

Epidemiología

En el año 2011 ocurrieron 46.042 nuevos casos de esta enfermedad en EEUU, de los cuales 13.970 se debieron a sífilis primaria y secundaria, consideradas las formas más tempranas y transmisibles de este proceso infeccioso. En los años noventa hubo una propagación entre hombres y mujeres, especialmente de grupos raciales minoritarios, no obstante, en la década del 2000, se incrementaron los casos entre hombres homosexuales.

En el Ecuador la tasa de sífilis se mantuvo en 10,7% hasta el año 2012, presentándose con mayor incidencia en personas con un sistema inmunitario debilitado, pudiendo llegar a ser muy alta (40%) en toda la región.

En cuanto a la sífilis congénita (transmitida de madre a hijo) ha disminuido en los últimos años en EEUU. En lo que respecta al Ecuador, se han reportado 2.210 casos de sífilis congénita en los pasados 16 años, con una elevación significativa de casos en los años 2003 y 2013.

Forma de transmisión

Se transmite de persona a persona por contacto directo con la lesión sifilítica denominada chancro. Estas lesiones aparecen principalmente en los genitales externos, la vagina, el ano o el recto. Los chancros también se pueden presentar en labios y boca. La transmisión ocurre durante las relaciones sexuales por la vagina, por el ano u orales (boca). Como se indicó anteriormente, la mujer embarazada puede trasmitir la infección a su hijo (transmisión vertical).

Periodo de incubación

El periodo de incubación (tiempo que transcurre entre la exposición a la infección y el inicio de los síntomas) generalmente es de 21 días, pero puede variar entre 10 a 90 días.

Síntomas

Se pueden detallar la aparición de las molestias o síntomas según la etapa en que se encuentre la enfermedad.

Sífilis primaria

Suele aparecer una única lesión (chancro), no obstante, pueden presentarse algunas llagas acompañantes. El chancro sifilítico suele ser una lesión dura, de mucha firmeza, indolora y de forma redondeada. Aparece en los lugares donde hubo el contacto íntimo. El hecho de que estas lesiones no sean dolorosas, pueden hacer difícil de localizarlas en áreas como la vagina o el ano, por lo que el médico debe examinar minuciosamente estas regiones en busca de las lesiones.

El chancro suele durar entre tres a seis semanas y desaparece así la persona reciba o no tratamiento. Sin embargo, es importante destacar que, si una persona con infección por sífilis primaria no es tratada de manera oportuna, la infección avanzará a la etapa secundaria.

Sífilis secundaria

Esta etapa suele presentarse algunas semanas (hasta seis meses) después de que aparece el chancro sifilítico inicial, cuando se ha producido una diseminación suficiente del T. pallidum en el organismo, para provocar molestias generales como fiebre y ganglios linfáticos inflamados, o lesiones en sitios distantes de la infección inicial.

Las lesiones aparecen como manchas, elevaciones pustulosas o foliculares (que afectan al folículo piloso) en palmas de las manos y plantas de los pies (80%). Puede haber lesiones en membranas mucosas acompañadas de placas, localizadas en boca, labios, garganta, genitales y ano. Las lesiones características conocidas como condiloma plano que son elevaciones papulosas que suelen supurar en áreas húmedas de la piel, en ciertas situaciones, pueden ser confundidas con verrugas genitales (producidas por virus como el herpes genital).

La afección por la sífilis puede extenderse a las meninges (membranas que recubren al cerebro), hígado, riñones, huesos y articulaciones, provocando cuadros de meningitis, parálisis de los nervios craneales, ictericia (color amarillo de la piel y conjuntivas), síndrome nefrótico (daño renal) e inflamación en los huesos (periostitis). También puede haber caída del cabello y uveítis (inflamación ocular).

Sífilis tardía

Esta etapa conocida como latente u oculta, se inicia cuando desaparecen los síntomas de las etapas inicial y secundaria. Como se mencionó anteriormente, si la persona afectada no recibe tratamiento, la infección sifilítica continuará así no haya signos ni síntomas. La sífilis latente temprana es la infección que ocurrió en los últimos 12 meses. La sífilis latente tardía es la infección que se presentó hace más de doce meses. En general, la sífilis latente puede durar muchos años.

Sífilis cerebral (neurosífilis)

La sífilis puede invadir el sistema nervioso (cerebro y tronco encefálico) en cualquier fase de la infección, y desencadenar una amplia variedad de signos y síntomas, tales como alteración de la conducta y el comportamiento (demencia por sífilis), dolores de cabeza, trastornos del movimiento parecidos a la enfermedad de Parkinson o la enfermedad de Huntington, tabes dorsal (lesión de la médula espinal) y parálisis general progresiva.

Infección por el VIH y síntomas de la sífilis.

Las personas que son HIV positivo pueden tener síntomas diferentes de los que se presentan en la sífilis clásica, incluyendo lesiones en la piel. Hay que anotar que las personas HIV positivo, tienen un riesgo incrementado de padecer neurosífilis.

Sífilis en el embarazo

En las mujeres embarazadas la sífilis puede infectar al bebé. Todas las mujeres en periodo de gestación deben ser sometidas a pruebas para detectar la enfermedad en el primer control prenatal.

Posteriormente, se debe realizar pruebas de detección durante el tercer trimestre de embarazo (de la 28 a la 32 semana de gestación) y durante el parto en mujeres con alto riesgo de sífilis, especialmente en aquellas mujeres que no se hicieron una prueba anteriormente o que tuvieron una prueba positiva durante el primer trimestre.

Consecuencias de la sífilis en el embarazo

Si el niño se ha infectado en el embarazo, la mujer puede dar a luz a un bebé muerto (mortinato), o que fallezca poco tiempo después del nacimiento. La sífilis no tratada en mujeres en estado de gestación, puede provocar la muerte del niño hasta en el 40% de los casos.

Cabe la posibilidad de que un bebé nacido vivo infectado por sífilis no tenga ningún signo o síntoma de la enfermedad, No obstante, si no recibe tratamiento oportuno, el infante puede desarrollar problemas graves en pocas semanas. Pueden tener retraso del desarrollo, convulsiones o morir. 

Es importante que todos los niños cuyas madres dieron positivo en las pruebas para sífilis durante el embarazo sean sometidos a test de detección de la enfermedad y a una prolija exploración clínica en busca de evidencia de sífilis congénita.

Diagnóstico

Si bien es cierto, la técnica más efectiva para diagnosticar la sífilis es la observación directa de la bacteria a través de lo que se conoce como microscopía de campo oscuro, en la actualidad ese procedimiento diagnóstico es muy poco empleado debido a lo difícil de su realización.

Debido a esto, el diagnóstico más factible es la práctica de análisis de sangre. Existen dos tipos de pruebas sanguíneas para la detección de la sífilis: pruebas no treponémicas y las pruebas treponémicas.

Pruebas no treponémicas

Estas comprenden el VDRL y el RPR. Son fáciles de hacer, económicas y de buena disponibilidad. Tienen el inconveniente de que no son específicas para la sífilis, pueden dar resultados falsos positivos y por sí mismas, no son suficientes para el diagnóstico. Las personas que dan positivo a una prueba no treponémica (VDRL, RPR) deben someterse a una prueba treponémica para confirmar el diagnóstico.

Pruebas treponémicas

Algunas de éstas incluyen el FTA-ABS, TP-PA, varios ensayos de inmunoadsorción y de quimioluminiscencia, que detectan anticuerpos específicos para la sífilis. Los anticuerpos treponémicos aparecen antes que los anticuerpos no treponémicos y suelen permanecer detectables de por vida, incluso después de haber realizado un tratamiento de erradicación de la infección sifilítica.

Quiénes deben practicarse la prueba de sífilis

Cualquier persona que presente signos y síntomas de infección primaria, infección secundaria, infección del sistema nervioso o neurosífilis deben hacerse la prueba de detección. Otros grupos de población incluyen:

  • Las mujeres embarazadas.
  • Grupos poblacionales de alto riesgo como hombres homosexuales y personas que están en lugares de mucha concentración como, por ejemplo, en cárceles.
  • Individuos que por sus prácticas sexuales puedan contraer una enfermedad de transmisión sexual (ETS), es decir, contacto sexual vaginal, anal u oral sin protección.
  • Personas que tengan múltiples parejas sexuales, que utilicen drogas ilícitas, y aquellas que practiquen sexo por dinero (trabajadoras sexuales) o que estén bajo coacción.
  • Tener una pareja sexual que haya dado positivo a la prueba de sífilis, que sea sexualmente activa y que viva en zonas con elevada morbilidad (enfermedad) por sífilis.

Tratamiento

El tratamiento de la sífilis (primaria, secundaria o latente temprana) puede ser curativo si se utiliza un antibiótico que sea sensible para matar al Treponema pallidun como, por ejemplo, una sola inyección intramuscular de penicilina G benzatínica de depósito o de acción prolongada.

Para los pacientes que tengan sífilis latente tardía o sífilis latente de duración desconocida, se recomienda administrar tres dosis de penicilina G benzatínica de acción prolongada en intervalos semanales. En estos últimos casos, el tratamiento matará a la bacteria que produce la sífilis y evitará más lesiones, pero no corregirá los daños ya provocados por la infección.

En las pacientes embarazadas o en los individuos alérgicos a la penicilina, se pueden emplear otros antibióticos como la doxiciclina o la tetraciclina y para la neurosífilis el medicamento denominado probenecid. Estos tratamientos alternativos deben ser realizados bajo una minuciosa supervisión clínica y de laboratorio para obtener una respuesta y curación adecuadas.

Medidas de Prevención

Algunas de las medidas preventivas más importantes en la sífilis están recomendadas por los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) de EEUU:

  • La forma más segura de evitar un contagio por la sífilis u otras ETS es la abstinencia sexual.
  • Evitar el consumo de alcohol y drogas puede ayudar a evitar la transmisión de la sífilis, puesto que estas actividades pueden llevar a tener una conducta sexual de riesgo.
  • Las parejas sexuales deben hablar con sinceridad sobre si en el pasado han tenido alguna ETS, o son HIV positivo para tomar acciones de prevención.
  • Lo ideal es tener una relación estable y monógama y practicarse pruebas de detección de alguna infección.
  • El empleo correcto y habitual del condón de látex puede disminuir el riesgo de contraer sífilis, herpes genital, o cualquier otra enfermedad venérea.
  • La utilización de preservativos lubricados con N-9 (espermicida nonoxinol-9) no son recomendados para prevenir el VIH u otras ETS.
  • Se debe realizar un control adecuado de las ETS y además brindar educación sexual en los grupos de riesgo (trabajadoras sexuales).
  • La educación sexual es muy importante en las escuelas y centros públicos para que las personas tengan un adecuado conocimiento sobre las enfermedades de transmisión sexual, su diagnóstico temprano y su respectivo tratamiento.

Dr. William Bonifaz B.
Doctor en Medicina y Cirugía
Reg. Prof. 9871
 

Referencias














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